7 de mayo de 2011

Never forget you.

Desde que te fuiste, no me sale sonreir con la misma afán de siempre, y tampoco me despierto ya con esas ganas incontrolables de comerme el mundo nada más levantarme de la cama. No me sale ser muy lista, y he olvidado hasta como se sonreía, paso las horas mirando por la ventana, por si acaso no recuerdas mis abrazos y, ante todo, llorando, llorando hasta quedarme dormida encima de tus cosas, de tus recuerdos a los que tanto echo de menos. Nunca me dí cuenta de que te necesitaba como al aire, siempre me acostumbraste a ue estubieras ahí, a besarme cuando nos encontramos, o cuando alguno de los dos sale de casa, a abrazarme cuando me sentía abatida, a colorear mis sueños con el aroma de tu perfume, a poder darme la vuelta y recorrerte la espalda. Es algo, que añoro tanto que cada despertar me quema en el pecho, vivir no es vivir desde que tu risa se evaporó de mis días. Sabes que lo daría todo por volver a recorrer tus labios sabor canela, por verme reflejado en ese par de ojitos oscuros que tanto me han echo perder la cabeza.


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