8 de septiembre de 2011

Como Mickey y Minnie.

Cuando una mirada cruza los límites establecidos, cuando te das cuenta de que siguen revoloteando las mariposas en tu estómago cuando aparece, con esa sonrisa perfecta, con esa mirada indescifrable, cuando reconoces esa risa que llevas viendo desde hace pocos meses, esa forma de andar que serías capaz de descubrir en la oscuridad. Ahí es cuando te das cuenta, que conoces cada uno de sus defectos y cada una de sus virtudes y que, absolutamente, te encanta.

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