9 de diciembre de 2012

Entiende que nunca quise perderte.

Y quién sabe si será el invierno,  o eso del otoño. Y es que el frío te duele, me refiero, nos duele. Y es que vienen recuerdos, lo sé, y es duro, también lo sé. Y no se que prefiero, si inviernos contigo o primaveras sin ti. Y me duele el cuerpo de pensarte, de recordarte y de imaginarte. Ya sabemos que hay gente frágil, más que los cristales, pero también sabemos que existen los duros. Y por eso dicen que no debes preocuparte por las personas del pasado que no están en el presente, hay un motivo por el cual no deben estar en tu futuro.
Que el sol ya saldrá o quizás no. Que el viento es mi mayor aliado y las nubes el escondite de los sueños. Tengo dolor en el alma de buscarte y no dar con ninguna pista que me recuerde donde te dejé. El agua corre como si la libertad fuera su lema, como lo es el mío. Romperte en vano por cuestiones que nunca sabrás. Que el recordarte por las mañanas es mi adicción favorita. La lluvia pesa demasiado sobre cada pestaña y poro de mi cuerpo, argumenta muy bien como me siento, sin ti.

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